Javier Hermoso. Catedrático de Sanidad Animal de la UEx
P- ¿En qué consiste un proyecto como este que surge del conocimiento científico?
R- En efecto, existe evidencia científica de que la transmisión de la tuberculosis entre el ganado y las especies cinegéticas ocurre sobre todo a través de contactos indirectos en puntos y momentos críticos, como puntos de agua durante la estación seca o lugares estacionalmente ricos en alimento. Así, animales enfermos que acuden a beber o comer a esos lugares pueden contaminarlos y de esta forma pueden infectarse otros animales. Por ello, es fundamental actuar sobre esos puntos críticos, aplicando medidas de manejo y bioseguridad comprobadas como eficaces en la lucha contra la tuberculosis en experiencias previas llevadas a cabo en diferentes estudios científicos. La eficacia de esas medidas se va a evaluar en varias fincas de Extremadura durante los 3 años de proyecto, mediante la aplicación de técnicas laboratoriales innovadoras para la detección de las bacterias que causan la enfermedad.
P- ¿Las medidas que se están probando pueden llegar pronto a los sectores afectados?
R- Esa es una de las prioridades de este proyecto, dado que son medidas prácticas y aplicables, como el cierre perimetral de las charcas para impedir el acceso del ganado y la instalación de bebederos con agua procedente de pozos de sondeo y depósitos en los que se higieniza el agua o la creación de zonas exclusivas con bebederos y comederos en los que alimentar al ganado.